Nuestro Viaje de Montaña Rusa

Bueno hola a todos, ha pasado ya mucho tiempo desde mi último post. Algunos se preguntarán qué estará pasando conmigo, otros probablemente ni siquiera lo notaron, pero curiosamente han sido 2 meses muy intensos de este otro lado del mundo y no necesariamente porque nos hayamos ido a un parque de diversiones haha.

Les cuento que, sin adelantarme a los hechos, estos últimos 2 meses no solamente han sido intensos a nivel de trabajo, sino también a nivel emocional, y nos han puesto a prueba en muchos aspectos, un sube y baja de emociones muy intensas, donde literalmente supe lo que era estar en lo más bajo y después en lo más alto.

Además, cumplimos ya un año de estar aquí en los Países Bajos, lo cual significó mucha reflexión y agradecimiento por todo lo que la vida nos ha permitido experimentar en este país, lo que hemos aprendido, pero también llorado, y lo que hemos aprendido a valorar.

El 3 de septiembre nos mudamos a nuestro nuevo hogar, en medio de un mega caos y con la ayuda de nuestros amigos logramos mover todas nuestras cosas e instalarnos en esta casa que personalmente amamos y que nos ha permitido aprender a sentirnos como en casa de nuevo.

Luego, el 8 de septiembre, tan solo 5 días después de la mudanza, sucedió lo que algunos pueden pensar que es inevitable o que todos los dueños de perros salchicha somos conscientes, pero que negamos hasta que nos pasa. Mi Brownie se quedó sin caminar tras un episodio superfuerte de IVDD o, más coloquialmente hablando, una hernia discal. Fue el día sin duda más triste de toda mi vida, la impotencia de verla contraerse del dolor, sin carro, sin familia a quien llamar y pedir ayuda, solamente Adrián y yo contra esta terrible situación. Debo decir que una de las pocas veces que he sentido que mudarnos aquí no fue una buena idea, corriendo desde las 3 pm de un veterinario a otro y, para terminar el día, internándola de emergencia porque el trauma de la espalda le obstruyó el canal urinario y la pobre gorda no podía orinar por sí sola.

Este fue el preludio de una semana terrible, donde tuvimos que visitarla todos los días esperando que el neurocirujano nos diera una solución que nosotros de antemano ya teníamos una idea... la terrible cirugía de espalda. El primer veterinario nos dijo que las probabilidades de que vuelva a caminar no son altas, y mi corazón se partió en mil pedazos. Imaginarnos nuestra vida con un perrito discapacitado con pañal y que no pudiera estar solo comenzó a desatar un nivel de ansiedad y estrés a otro nivel. Luego de todo el fin de semana internada en el hospital, nos confirmaron que debíamos hacer cirugía, y lo que sigue son días de mucha preocupación de que todo saliera bien. Primero, la gorda pudiera salir de la cirugía con bien, y segundo, que fuera exitosa y mi gorda tuviera más probabilidades de poder caminar nuevamente.

Gracias al universo y a Dios, mi bebé, como toda una guerrera, hoy, 1 mes después, ya puede caminar. Aún no lo hace del todo bien, todavía está bastante débil de sus patitas traseras, pero es impresionante lo que una criatura como ella nos puede enseñar a todos nosotros. La he visto frustrada de no poder caminar, de no poder orinar sin ayuda o de no poder hacer sus otras necesidades fisiológicas sin que estemos por allí ayudándola, pero nunca se ha rendido, y hoy ya puede hacer todo eso solita. Verla como se esfuerza para conseguirlo es realmente inspirador.

Y no podrá faltar el comentario o pensamiento de la gente de... "pero si es solo un perro", "¿por qué se preocupan tanto?", "¿por qué invierten tanto en ese perro?", "¿para qué la operaron, mejor la hubieran dejado en silla de ruedas?". Pero muy honestamente, como lo he dicho siempre, ellas son mi sueño hecho realidad, son mi compañía, mi paño de lágrimas, las que escuchan mis pensamientos más profundos, las que saben que si estoy triste me consuelan y definitivamente parte fundamental de mi estabilidad emocional.

Entonces, después de todos estos retos que hemos vivido en los últimos meses, puedo rescatar que en este momento pienso: "bueno, vida, me pusiste uno de los retos más difíciles de mi vida y lo pude superar. Ahora sí, soy imparable. Me siento tan empoderada de poder lograr todas mis metas, mis sueños. Nada puede detenerme. Estos retos me han enseñado a ser más fuerte y resiliente. Puedo ver un antes y un después de mi persona, no solo con el reto de la cirugía de Brownie, sino solamente este año fuera del país. No solo me ha enseñado quiénes están allí para mí, sino que la persona que se fue de Costa Rica no existe. Ahora solo puedo mejorar la mejor versión de mí misma.

En mi cabeza no cabe un "no puedo", "no estoy segura", "no soy lo suficientemente buena", "no creo lograrlo", etc. Porque esos pensamientos limitantes se fueron el día que logramos ver atrás y ver que, a 1 año de estar aquí, hemos conseguido lo que tal vez muchos no han podido hacer en su país en 10 años. No es un tema de dinero, ni de tener el mejor trabajo, la mejor casa, el mejor carro. Es un tema de actitud hacia la vida y de cómo la mejor inversión está en mejorarnos a nosotros mismos, siendo cada día más resilientes, bondadosos, responsables, auténticos. Esta inversión en nosotros no solo nos permite saber realmente quiénes somos, sino que también agradecer y valorar lo que tenemos e intentar ser felices con los recursos que tengamos.

Hoy puedo decir que cada vez que escribo aquí mientras veo hacia el patio y veo la naturaleza, cómo las hojas van tornando de verde a naranjas y rojos por el otoño, y cómo los pajaritos vuelan y cantan, mis perritas durmiendo en sus camitas a mi lado, y Adrián escuchando música mientras trabaja, pensando en mi familia en Costa Rica, que ya poco me visitan y que sé que están bien, me hace apreciar y sentirme tan agradecida porque mi vida es buena. El poder ser consciente de esos detalles hace toda la diferencia.

¿Cuál ha sido esa situación que te ha marcado tanto que te hizo sentir más resiliente? Piénsalo y cuéntame si no te sientes agradecido hoy por todo lo que pudiste aprender de esa situación.

PD: Te dejo, como siempre, una foto de mi hermosa Brownie abrazando a su osito de peluche. ¡Te aseguro que es lo más tierno que verás hoy!